De La Villa de Espinaredo a la hoz del Monte Moñacos.
Rutas, Fotos

De La Villa de Espinaredo a la hoz del Monte Moñacos

Miguel Menéndez

El domingo 17 de abril de 2005 no juntamos con un grupo de socios y amigos de XEGA y compañeros del Conceyu Abiertu del Llar Solidariu para hacer la ruta de las hoces del Río Infiernu y del Monte Moñacos ente los concejos de Piloña y Caso.

Después de parar a desayunar en Infiesto, tuvimos que iniciar la ruta desde La Villa de Espinaredo porque a la choferesa se le metió en la cabeza que el autobús no pasaba entre dos casas… ¡Lo que nos cagamos en ella cuando llegamos al siguiente pueblo, Riofabar, y nos adelanta un autobús lleno de guiris!

Después de pasar Espinaredo (y contar algunos hórreos y paneras) y Riofabar, dejamos atrás el asfalto e iniciamos la ruta siguiendo el Río Infiernu, nombrado así desde la Edád Media por la violencia de sus aguas y la oscuridad y misterio que transmite.

Pasamos por el área recreativa de La Pesanca entre castaños, robles y abedules y fuentes en las que el agua sabe a agua.

De aquí en adelante parece que el Nuberu se apiadó de nosotros y empezó a levantarse la poca niebla que todavía quedaba cuando llegamos.

Idílicas las cabañas de Degoes… Y llegamos a la portilla que divide los concejos de Piloña y Caso. Aquí las hayas lleguan hasta los 40 metros de altura, aunque la gente se fijase más en la plantación de pinos americanos (sí, muy bonitos, pero allí no pegaban).

El valle cada vez se va haciendo más estrecho y la vegetación se reduce a avellanos y tejos hasta llegar a la imponente hoz. Arriba, con nieve, no mos quedó otra que comer el bocadillo de pie al lado de lo que entendimos eran los puntales de un antiguo paso de madera del río.

De vuelta a Espinaredo (al chigre, cómo no) comentando que en todo el día no vimos ni un corzo, ni un jabalí, ni una triste ardilla. Bueno sí, vimos un herrero pero, par la cantidad de pájaros que oíamos, no vimos más.

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